Aviario Ernesto Ramos 2013 |
En una entrada previa de este blog (Aspectos críticos para tener éxito educando canarios timbrados por medios electrónicos) hago particular insistencia en un criterio: Consistencia. A lo que me refiero, en particular, es a la necesidad de homogeneidad dentro del aviario, es decir, a mantener en el mayor grado posible ejemplares, cuyo fenotipo y genotipo sean lo más parecido posible, y con esto, quiero disipar anticipadamente cualquier duda: no me refiero específicamente a la consanguinidad[i]. Es un error muy común introducir año tras año, y, probablemente simultáneamente varios ejemplares provenientes de diferentes criadores provistos de diferentes características fenotípicas y genotípicas. Las razones son variopintas, desde el impulso de hacerse con los ejemplares que han obtenido figuraciones sobresalientes en los últimos concursos hasta la necesidad de obtener ejemplares que contribuyan de alguna manera a mejorar la genética mediocre[ii] de algún aviario. Todas las razones son válidas, pero debo señalar que la estrategia de introducción es tan importante como la calidad de los nuevos ejemplares a ser introducidos.
En primer lugar es menester indicar la aplicabilidad del
dicho que con frecuencia expresa el maestro Álvaro Guillén García: “En un
aviario la mayoría siempre vence a la minoría”.
Esto significa que la introducción de pocos ejemplares en un aviario termina
diluyéndose con la tendencia genética que posean la mayor parte de esos
ejemplares. Y esto es fácilmente
observable, si colocáis varios ejemplares
de diferente procedencia en un aviario y os dedicáis a efectuar cruzamientos
cada año sin introducir ejemplares externos, en un periodo de dos a tres años
tendréis un aviario con unas características y tendencias particulares. Una vez
que esto ha sucedido en el aviario, se ha obtenido en el mismo un grado de homogeneidad, es decir los
ejemplares poseen características similares. Supongamos que se trata y solo por
motivos de ejemplificación, de canarios timbrados con un ritmo de emisión
rápido y voces metálicas. Si deseamos introducir un ejemplar de características
antagónicas (Complementariedad) para obtener ejemplares más balanceados con ritmo de
emisión más pausados y con voces menos metálicas, las estrategias pueden ser
diferentes dependiendo de la velocidad con la que queramos obtener resultados , normalmente el criador desea obtenerlos de la
forma más expedita, para ello lo recomendable es utilizar un macho con las
características que deseamos para complementar ya que se conjugan dos factores
importantes: es posible observar de forma directa los atributos relativos a su
tipo de voz, ritmo de emisión y ejecución de notas complejas(si aplicara) y por
otro lado es posible efectuar un mayor número de apareamientos. Es conveniente
que los ejemplares producto de estos cruces sean educados (o no educados para
darle cabida democrática a los escépticos o no creyente en ambientes separados y sometidos al mismo
material de aprendizaje. En este mini-laboratorio podréis apreciar el resultado
del trabajo y compararlo con el obtenido por los cruces que ya veníais haciendo
con los ejemplares previos. El uso de la hembra para lograr efectos de complementariedad
tiene el riesgo de que los caracteres
que estamos buscando no necesariamente estén necesariamente presentes a
pesar de que sus hermanos de nido o progenitores los posean además de que
implicaría la obtención de menos ejemplares complementarios. Sin embargo me
parece que es una estrategia válida para aquellos casos en que el coste es
importante (es más fácil hacerse de una
buena hembra que de un buen macho) y donde nos gusta el resultado que vamos
obteniendo pero queremos introducir carga genética alternativa de calidad sin
producir sobresaltos en los ejemplares que solemos obtener de nuestro aviario.
El aspecto más importante es que debemos decidir
qué tipo[iii]
de canario timbrado es el que nos gusta (De
gustibus non est disputandum[iv]) debemos decantarnos hacia él
con la estrategia más adecuada. Y cuando la decisión es irnos hacia un canario
de un tipo diferente y tenemos los medios económicos y logísticos para hacerlo,
la estrategia es la de Reemplazo. La estrategia de Reemplazo
como su nombre bien lo indica consiste en deshacernos de todos los ejemplares y
reemplazarlos con un grupo de ejemplares de características homogéneas. Este
método es de comprobada eficacia pero suele entrar en conflicto con la
resistencia del criador a deshacerse de uno o varios ejemplares por razones
sentimentales. Aquí si queremos ser exitosos no hay cabida para el
sentimentalismo, la clave del éxito está basada en tres pasos: selección,
selección y más selección. No siempre los nuevos ejemplares representan el
estadio a donde queremos llegar pero ya con una gran parte del camino recorrido
podemos entonces aplicar complementariedad para aproximarnos. Si el criador no posee la experiencia
recomiendo irse por la estrategia de reemplazo ya que representa un atajo al
éxito y el acostumbrar el oído a escuchar buenos ejemplares. Criar buenos
ejemplares o malos ejemplares representa el mismo esfuerzo para el criador. Es
aquí donde vuelvo a ser enfático: un ejemplar no representa la diferencia a
menos que poseamos una base de calidad homogénea en cuyo caso el ejemplar adecuado
puede darle la vuelta completa al aviario en términos de resultados. De estar
en este último caso, el criador puede entonces fijar las nuevas características
obtenidas de los cruces con este ejemplar a través del uso de la
consanguineidad, para lo cual recomiendo la aplicación rigurosa de tabla de Felch.
Por último, quisiera resaltar la
importancia de valorar aquellos ejemplares que tenemos en casa, los cuales, son
en muchas ocasiones mejores que los que deseamos obtener (pueden ser mejores
pero mal trabajados en cuyo caso la culpa es nuestra y el potencial de la carga
genética del ejemplar sigue estando allí).
[i] Aún mejor si los ejemplares no son consanguíneos aunque
irremediablemente en la fijación de caracteres debemos recurrir al uso de la consanguinidad
aún en grados leves.
[ii] El uso de este término no lo hago de forma despectiva, sino para
referirme a aviarios con muchos ejemplares de escasa calidad canora donde no
hay un proceso estricto de selección.
[iv] Adagio
en latín, en castellano su equivalente es “para gustos hay colores” o “sobre gustos no
hay nada escrito”
hola, me parece un muy buen aporte para los que empezamos y para refrescar la memoria y saber como trabajar nuestros ejemplares para futuras alegrías, un saludo.
ResponderEliminar