viernes, 6 de enero de 2012

Unas palabras para Álvaro Guillén García



Nacido el 6 de Junio de 1922 en el pueblo de Alange, un pequeño pueblo hoy en dia de apenas 2000 habitantes en la provincia de Badajoz, extremeño de origen, madrileño de corazón, habitual residente del barrio de las Delicias en la vieja Madrid, Álvaro Guillén es, desde hace muchos años, una referencia obligada en el singular mundo del canario timbrado español.

 Su modesta residencia en la calle de Batalla del Salado se convierte a diario en lugar de visita para canaricultores noveles y experimentados, jueces y viejas amistades, todas ligadas al mundo ornitológico.

Álvaro en el concurso de CTEM. Diciembre 2009
En su pequeño piso, apenas hay un espacio para la cocina y una pequeña sala, la otra habitación está dedicada por completo a los canarios. Los trofeos pululan por las estanterías apenas dejando espacio para cualquier otro objeto.

Cuenta Álvaro que siendo bastante joven y cuando vivía en Alcalá de Henares, los pescadores que visitaban con frecuencia el rio, le llevaban canarios para que copiaran a los ruiseñores que por aquel entonces colmaban los bosques con su preciado canto.

A Álvaro lo conocí en Junio del año 2004 mientras realizaba una pasantía de un master en telecomunicaciones en Madrid, sin conocerlo lo llamé y me invitó muy cordialmente a visitarlo.

        La primera vez que escuché los canarios timbrados de Álvaro tuve la sensación de que realmente no sabía lo que era un verdadero timbrado  y menos aún distinguir la mayoría de las notas (!y esa era la cruda verdad!)

Aquellos pájaros de Álvaro del 2005 tenían unos sonidos que jamás habia escuchado, algunos, en especial un grupo de pichones amarillos parecían acariciar las notas en cada floreo que repasaban.

        Sacó en aquella primera visita un lote de unos ocho pájaros adultos, y me preguntó cuál me parecía el mejor, se lo señalé a duras penas después de unos minutos de vacilación ya que en aquel entonces me costaba distinguir cuál de las aves era la que emitía determinadas notas. 

     Es tuyo – me dijo.
     ¿Pero cómo me lo voy a llevar? –

Evidentemente, encontré la manera, ya que varios años más tarde había traído  un nutrido grupo de canarios a Venezuela.

Ese primer canario resultó ser un canario discontinuo, en su repertorio no existían ni timbres ni rodadas únicamente unos bonitos floreos acompañados de un cloqueo perfecto en aquel momento y circunstancias para mis oídos. Obviamente no era de los canarios que él criaba, ya que Álvaro siempre se ha decantado más hacia el canario timbrado de repertorio clásico.


En casa de Álvaro pasé muchas horas, escuchando cientos de timbrados, prácticamente solo interrumpiéndonos para alabar o criticar las virtudes de un determinado pájaro, o simplemente estableciendo cual era la nota o giro que el pájaro en cuestión había emitido.

A Álvaro Guillén le debo la mayor parte de mi modesta base de conocimientos en canaricultura de canto, hoy en día no compartimos el mismo gusto en cuanto al tipo de canto de los canarios timbrados, pero sin duda coincidiremos a la hora de dictaminar si un canario timbrado tiene o no una buena voz, si posee buena dicción y sobre todo si tiene casta, porque en esto del timbrado, la genética es fundamental.

Desde que lo conocí, he mantenido una amistad con Álvaro Guillén más que nada a base de llamadas y de visitas regulares cuando paso por Madrid. Él siempre ha respondido a mis preguntas y me ha aconsejado sabiamente.

Quizás el más grande mérito de Álvaro Guillén sea el de ser reconocido como el “embajador” del timbrado en América, ya que fue pionero y constante exportador de los timbrados hacia esta zona del mundo, y en gran parte a él se debe que esta ave sea tan popular en lugares como Venezuela, Colombia, Panamá y Estados Unidos de América.

Alvaro Guillén y Ernesto Ramos en Agosto del 2005

 
Hoy en día, Álvaro tiene casi 90 años, se ha sobrepuesto a una grave  enfermedad y hasta hace poco enjuiciaba  en los concursos en la medida en que su precaria salud se lo permite. Álvaro continúa criando sus canarios timbrados. El otro día, cuenta él, alguien le increpaba:

-          ¿Por qué no deja usted de criar canarios? Le dan mucho trabajo, don Álvaro  -
-          Los pájaros son lo que me mantienen vivo – replicaba desafiante pero con una sonrisa en los labios.

Álvaro Guillen quizás no esté al día con muchos de los conceptos modernos alrededor del timbrado, pero ya quisieran muchos tener el oído y una aproximación al conocimiento de los principios que Don Álvaro posee. 

2 comentarios:

  1. Bonita historia acerca de quien te ha dado mucho en la vída, sin que quizás el sepa cuanto influyó. un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, por que con tus palabras me haces conocer mejor a mi tio abuelo Alvaro. Siempre me quedara el pesar de no haberlo hecho en vida. gracias.

    ResponderEliminar