martes, 30 de marzo de 2021

Del uso de términos correctos

 


No es baladí la necesidad de usar los términos correctos en nuestra apasionante afición ornitológica. Y es que normalmente somos muy ligeros empleando términos inapropiados, verbigracia, nos referimos con el término destete al proceso de separación de los pichones de sus padres, destete debe ser usado en el contexto de los mamíferos para describir el periodo en que al niño o cría se le suspende la lactancia materna.

 En el caso de los canarios debemos referirnos a la independización o emancipación de los pichones de su progenitor (si criamos solo con la hembra) o progenitores.



En el timbrado, casi siempre hablamos de brunos, pero los llamamos isabelas.

Nos solemos referir en la canaricultura de canto como isabelas tanto a los brunos como a los isabelas cuando la mayoría de las veces nos referimos al bruno, en ese sentido, debemos usar los términos: bruno oro, Bruno plata, pio de bruno oro y pio de bruno plata. Y por supuesto usar el término isabela (color poco común en el timbrado español) para los que realmente lo sean.

Los canarios no copian, aprenden al ser educados

Pero el término más preocupante es el de copia, que usamos con amplia ligereza y con el que hacemos flaco favor a nuestra afición aquellos que educamos a nuestros canarios timbrados. Si, el término fetén es educación. La palabra “copia” está definida y asociada a reproducción exacta o textual. Situación que sabemos, de sobra, que no ocurre con nuestras aves. Todos sabemos que no hay ningún ejemplar igual a otro, y por ende no aplica el término copia. Sería extremadamente fácil si realmente los pájaros “copiaran”, les pondríamos el material auditivo para que lo copiaran y todo está hecho. Pero no sucede así ya que los canarios no copian sino aprenden de las diferentes fuentes auditivas accesibles para formar un repertorio formado por estrofas en el orden y amplitud que su capacidad de aprendizaje les dictamina. Cuantas veces hemos escuchado a ejemplares que inician la canción de diferentes maneras y alternan su secuencia aleatoriamente. Si fueran una copia realmente serían aburridos, y no lo son, no dejan de sorprendernos temporada tras temporadas con sus acrobacias canoras.


 

 

El termino copia es usado inocentemente por los aficionados que educan e intencionalmente por los que no lo hacen para denostar a los ejemplares y a los aficionados que educan. El primer canario timbrado español presentado y aprobado como raza por la COM fue obtenido mediante un proceso de selección y educación. Y los que educamos, que somos la mayor parte de los criadores FOCDE, no solo no lo ocultamos, sino que explicamos abiertamente las técnicas de como hacerlo de la manera mas efectiva (como lo hago yo en este blog).

Así que seamos claros: los canarios timbrados españoles aprenden por medio de la educación. Usemos los términos correctos para evitar que los detractores de la educación se beneficien del uso ligero de la expresión.

 

Nota explicativa para los que no saben leer o su fanatismo u odio no les deja ver más allá de sus narices. Este articulo va dirigido a aquellos aficionados que usan incorrectamente términos, en especial el de copia. A mi me tiene sin cuidado si usted educa o no educa, es su elección, pero respete la de los que eligen hacerlo. Cada uno que haga lo que le plazca, pero respete a los que lo hacen. Esto es una afición, al menos para la mayoría, a otros se les va la vida criticando y destruyendo.

 


lunes, 15 de marzo de 2021

"Cuatro Notas"


Cada vez que escuchamos un ejemplar, consciente o inconscientemente, lo valoramos en base a la voz, dicción y repertorio. En lo que respecta a repertorio nos centramos en su contenido (con especial foco en los floreos y las variaciones conjuntas) y su extensión. Cuando valoramos la extensión solemos considerar que, obviamente, cuanto mas largo, mejor. Mientras que solemos rechazar instintivamente a esos ejemplares a los que normalmente llamamos despectivamente de “cuatro notas”.  

Y esta forma de valorar es lo normal ya que lo hacemos en base a nuestra percepción. Normalmente cuando hacemos la selección de los reproductores en base a estos criterios, asumimos que padre de repertorio largo y complicado dará ejemplares de características similares, es lógico. Lo que inconscientemente obviamos es que no es normal que un canario timbrado español tenga un repertorio tan corto. Y que la mayor parte de las veces ese repertorio tan corto es probablemente responsabilidad de los criadores. Muchos de estos ejemplares son producto de un enjaule traumático o defectuoso, verbigracia, enjaular antes o después de tiempo, mala gestión de los ejemplares recién enjaulados, etc.  En este blog he dedicado algunas entradas al proceso de enjaule por si las queréis leer. Aprovecho para hacer notar que con enjaule me refiero al proceso de no hacerlo también.  Si, la falta de enjaule puede ser también una causa de repertorios recortados. En mi caso, una de las principales causas son los procesos derivados de enfermedades respiratorios, y estos a su vez causados por la combinación fatalista de calor y humedad.

Uno de los mejores ejemplos para ilustrar lo arriba expuesto es lo que me pasó en el año 2005. Me había empeñado en tener unos ejemplares de Francisco Aroca ya que me llamaban poderosamente la atención su calidad, voz y dicción. Para ello me desplace, ida y vuelta, en un solo día de Madrid a Valencia. Recordemos que no había AVE en aquel momento y el viaje en Alaris tomaba 3 horas y 25 minutos para recorrer 348 kilómetros. Es decir, invertí casi siete horas de un día para escuchar pájaros y regresar, si era posible, con algunos en la mano. Y es que esta afición muchas veces se transforma en obsesión. Estábamos en verano y, por ende, los pichones estaban en pleno proceso de educación, así que era un pésimo momento para adquirir ejemplares del año, máxime cuando en aquel entonces los criadores valencianos solían comenzar la reproducción a mediados de marzo.

Después de haber escuchado con especial deleite a todos los ejemplares le pedí que me vendiera 3 ejemplares del año, a lo que accedió, no sin antes oponer cierta resistencia indicando que probablemente perderían su canto ya que no estaba cerrado. Y así sucedió. A los pocos días de haber cruzado el atlántico y de haberse hecho a su nuevo hogar, los canarios comenzaron a mostrar el impacto de la interrupción de su educación. Eran tres ejemplares: un verde, un amarillo y un pio portador de bruno oro. Los dos primeros incorporaron notas del resto del aviario y perdieron gran cantidad del repertorio (la mayoría siempre arrastra a la minoría, así rezaba Álvaro Guillén) mientras que el pio recortó su repertorio a “4 notas” que repetía incansablemente. Para resumir, aquellos ejemplares cumplieron a cabalidad su objetivo y generaron unos ejemplares de altísima calidad y de extenso repertorio. Los que más destacaron fueron los hijos de aquel pio portador que exhibían un repertorio amplio y una dicción impecable.

En conclusión, a la hora de valorar un canario, debemos prestar más atención a la voz, la dicción y la capacidad de interpretar giros complejos y no tanto a la extensión del repertorio.  Y podéis fijaros también en aquellos ejemplares que van a concursos con un repertorio de calidad y que luego caen victima de los procesos hormonales típicos del celo volviéndose cortos y repetitivos.

PD: Nota para los que no saben leer pero si criticar, a los que su sesgo no les deja ver mas alla de sus narices: Este articulo esta relacionado con la valoración para la selección con fines reproductivos y explica que la causa de estas "cuatro notas"  puede ser un mal manejo o una enfermedad. En ningun momento se meciona o relaciona con la puntuación. A un ejemplar se le valora en relación al codigo de canto y punto. Ya basta de tanto odio!.Hay que saber leer y entiendo que no todo el mundo tenga esa capacidad.


martes, 9 de marzo de 2021

Reflexión: la importancia de ponerse en contexto

 


El año 2020, acompañado de la cruenta pandemia del coronavirus, aceleró el proceso de globalización de muchas aficiones que ya estaban en esa senda evolutiva gracias, principalmente, a las redes sociales. Claros ejemplos de ello son los diferentes grupos de telegram y de whatsapp donde los miembros de diferentes clubes y sociedades ornitológicas comparten diariamente diferentes facetas de su afición.

 El acceso a expertos o a criadores de renombre para que compartan sus conocimientos, pasó de ser algo novedoso a un hecho cotidiano. Curiosamente fueron los clubes de Venezuela y Colombia los que originaron esta iniciativa de ciclos de charlas usualmente acompasados de una andanada de preguntas por parte de los aficionados. 

Así que para muchos aficionados de hogaño es natural que a través de su teléfono móvil puedan leer un artículo recién publicado en las redes sociales, consultar a un experto veterinario aviar o acceder a información detallada sobre una materia de su interés. Pero, frecuentemente, obviamos que no siempre fue así y olvidamos ponernos en el contexto temporal apropiado al hacer juicios de valor sobre el pasado. Ponerse en contexto en tiempo y espacio es una suerte de aventura empática que nos permite valorar las dificultades, el esfuerzo y el tesón de los canaricultores de generaciones pasadas.

Los medios de comunicación existentes son los que determinan el alcance y la coordinación de las actividades, en ese sentido, y a modo de ejemplo, si nos trasladáramos a los años 50 y 60 del siglo pasado podríamos valorar con mayor justicia la creación del timbrado español. En esos años solo se disponía de comunicaciones impresas, teléfono residencial, telegrama y fax. Así que el teléfono y el “vis a vis” eran los medios de comunicación por excelencia. Siendo el “vis a vis” limitado principalmente por el coste. Por comunicaciones impresas me refiero específicamente a la publicación de libros, revistas, cartas y, en menor escala, telegramas[1]. El inicio de los años 50 enmarca el esfuerzo de creación del canario timbrado español, acción liderada por un pequeño grupo de entusiastas canaricultores de la ACE, pero ¿Cómo fue coordinado ese proceso de escogencia de aquellos ejemplares? El esfuerzo cíclico de selección y fijación de las notas indiscutiblemente fue más arduo de lo que imaginamos hogaño con la disponibilidad de la educación electrónica, que en esencia es un maestro sin defectos y “a la carta”. Lidiar con varios maestros que tengan cada uno la nota objetivo pero que a su vez tengan algún defecto no es tarea fácil. Diez años de trabajo arduo recibiendo fuego amigo de

De igual manera, al escuchar un ejemplar, debemos ponernos en el contexto temporal en el cual fue obtenido. Generar un ejemplar como el famoso “polémico” de Francisco Aroca tampoco debe haber sido simple. Los medios de reproducción eran analógicos (una cinta o casete, ciencia ficción para los criadores jóvenes) y los procesos de edición eran arcaicos. No podemos valorar con el mismo baremo a los ejemplares obtenidos en la actualidad con las herramientas de edición digital, con los detalles y procedimientos disponibles y con la complicidad de la piratería habilitada por las redes sociales.

Inicialmente la divulgación de la afición se basó en las publicaciones de revistas y en el “boca a boca” entre diferentes canaricultores, para un aficionado novel era difícil acceder a un criador de prestigio, menos aún a sus ejemplares. Hasta hace muy poco los criadores blindaban sus maestros haciéndolos inaccesibles para la mayor parte de los aficionados. Y es que sin un buen maestro no había ninguna oportunidad de ser exitoso. Hoy en día, la educación electrónica ha permitido “democratizar” el éxito en la afición, desafortunadamente también ha permitido que algunos sean exitosos sin conocer el código ni entenderlo, simplemente por tener la forma de acceder a un buen audio. 

Hogaño escuchar cualquier ejemplar mediante un video o un audio y formarnos nuestra propia valoración, antaño debíamos confiar en la opinión de otros si no podíamos asistir a un concurso. Y es así como hoy en día nos formamos opiniones acerca de determinados tipos de canarios del pasado basadas en las de terceros, que puedan estar subjetivadas a su gusto, a un rumor o peor aún, a una finalidad de promover un tipo de canario en particular.

Y este ejercicio de contextualización no solo debemos ejecutarlo en términos de esta maravillosa afición sino en todo análisis, y en especial, cuando algunos quieren valorar hechos históricos usando elementos actuales con el objetivo de “cambiar” la historia para apropiarse del relato y hacer proselitismo. Para muestra un botón, en fin, no quiero desviarme del tema central. Así que no olvidéis el ejercicio de justicia de poneros en el contexto histórico adecuado antes de valorar ejemplares, hechos o decisiones históricas.

 

 



[1] ¡Sí!, pregúntele a un joven de veinte años que es un telegrama y se llevará una sorpresa