Recibí la llamada el pasado sábado, compartía en
esos momentos una comida con unos amigos españoles, de esas que comienzan al mediodía
y se extienden para terminar en el preámbulo de una cena. Al teléfono, un
criador venezolano-lusitano que conozco hace varios años, aunque no tengo mucha
relación de amistad con él, cada temporada me pide uno o dos machos, me
pregunta por los pájaros que me ha reservado hace un par de meses.
-¿Esos canarios que me has reservado tienen muchos
floreos? -Me pregunta vehemente.
- - No lo sé, no creo que te deslumbren los floreos de estos
ejemplares en particular - le decía, mientras trataba de acordarme que es lo
que hacían cada uno de los canarios. En primer lugar, siempre trato de ser humilde
y en segundo muy sincero, no engaño a nadie y no me gusta que me engañen.
-
Pues entonces no los quiero – contesta rápidamente.
La verdad es que me sentó mal su respuesta, no por la venta, la cual me da
absolutamente igual sino porque después de tantos años como criador este señor
no entiende cómo funcionan los canarios de canto. Debe ser la experiencia,
pensé para mis adentros a la vez que recordaba a un buen jefe que predicaba
constantemente que no es lo mismo 20 años enriquecidos de surtida experiencia
que repetir 20 años el primer año de experiencia.
Esta conversación me puso a pensar en que hay
muchos criadores de canarios que no se han enterado de mucho y con el paso de
los años repiten siempre los mismos errores. Comienzo a recordar de los pájaros
que le había guardado a este señor: lentos, muy buena dicción pero lo mejor es
la genética que llevan encima. Está buscando un maestro y no quiere o desprecia la genética,
uhmmm…. aquí hay un cortocircuito.
Si bien es cierto que es absolutamente válido usar
un pájaro como maestro también
lo es que si tenemos una buena genética en nuestro aviario y usando
adecuadamente la educación digital podemos obtener muy buenos ejemplares.
Recuerdo un macho en el año 2005 que obtuve de un gran criador valenciano, Francisco
Aroca, le había insistido en llevármelo en Octubre aprovechando un viaje a
España y me lo lleve sin que hubiera cerrado el canto. Como resultado de mí
premura, el macho se quedó corto, centrado apenas en cinco o seis giros
que repetía incansablemente. Para mí, lo importante no era que decía sino como
lo decía con una dicción impecable y muy buena voz. Usé el ejemplar para criar
obteniendo varios noveles del 2006 (año en que comencé a educar con un audio),
que ganaron concursos. No desestimo con estos argumentos de forma alguna el uso
de maestros sino que enfatizo que no siempre es posible conseguir maestros con
el nivel suficiente, nivel caracterizado no solo en la riqueza de repertorio
sino también en la ausencia de defectos o giros indeseados.
Y es que los pichones aprenden todo
pero lo que más rápido aprenden son las cosas malas, así lo señalaba el ya
desaparecido maestro don
Alvaro Guillen García ilustrándolo con aquel ejemplo de que los niños al ir al
colegio lo primero que aprendían, por supuesto, eran los tacos que soltaban
inocentemente sin pudor alguno y ajenos a sus significado en medio de alguna
comida familiar.
En mi opinión no existe el pájaro perfecto, ni he
tenido ninguno, si he tenido pájaros muy buenos algunos verdaderos genios pero
siempre con algún detalle que no me gustaría que propagasen a los noveles. Y en
esta lista hablo del 34 del 2007, del 9 del 2010 y del 24 y 25 del 2011 entre
otros.
Prefiero usar un audio digital que representa mi
idea y objetivos de un pájaro objetivo que arriesgarme a que se me vaya al
garete el año. Para resumir, solo quise usar esta pequeña anécdota para daros
mis reflexiones en torno a este tema, como siempre algunos haréis caso y otros
no, y esto es lo interesante de esta afición y bueno de todo en la vida…………..
Muy buena su reflexión ernesto y estoy de acuerdo completamente con usted lo importante en los canarios es la genética
ResponderEliminarMuy buena su reflexión ernesto y estoy de acuerdo completamente con usted lo importante en los canarios es la genética
ResponderEliminar