Hoy en día es totalmente viable pedirle consejo
u orientación a aficionados que se destacan por su conocimiento o éxito en la
canaricultura del timbrado español. Lo único que frena que los concursos puedan
ser transmitidos en vivo a través de la internet es el recelo de los
aficionados, algunos por incomprensión de la tecnología, otros por
desconfianza.
La internet también facilita la inscripción remota de los
participantes en los concursos, la comunicación de resultados, los videos de
premiación y las charlas didácticas de algunos expertos o experimentados.
El
cambio ha sido gradual pero sostenido y acelerado, el uso de los smartphones y
las plataformas de comunicación como whatsapp facilitan la creación de foros,
compartimiento de videos y audios convirtiéndose en escenarios ocasionales de
productivos debates.
Muchos jueces utilizan los ordenadores para ser
mas productivos a la hora de enjuiciar ya que dedican menos tiempo a totalizar
y poder dedicar mas tiempo a escuchar y apreciar a los ejemplares concursantes.
La tecnología ocupa un espacio incremental en nuestras
vidas y en la afición, a la tecnología hay que entenderla en su justa dimensión,
siempre considerarla como un medio y no como un fin, especialmente con las
profundas transformaciones tecnológicas que sigilosamente están cambiando
nuestras vidas en todas sus dimensiones. El advenimiento de la inteligencia
artificial, entre otras tecnologías emergentes, habilitará aplicaciones que inclusive
podrán hacer un análisis de un audio de ejemplares y emitir un veredicto basado
en reglas de inferencia y alimentado por criterios de expertos. A algunos, les
podrán suponer osadas e irreverentes estas afirmaciones dibujadas en forma de
predicciones, pero el potencial de los cambios tecnológicos es ilimitado.
Por todo esto, cuando alguien me solicitó
recientemente si tenía un ejemplar para ser utilizado como maestro, me sentí
perdido por unos segundos, ¿y como se hace eso? Y entonces aquello que era la
base artesanal de la afición me pareció inviable e increíblemente difícil.
Quizás cuando haya jueces virtuales (si los llegara a haber) la esencia de la
afición se habrá consumido y quizás debamos llenar nuestras vidas con refritos
de Netflix o de alguna otra forma de desperdiciar el tiempo.
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Buen artículo una vez más Ernesto.
ResponderEliminargracias Antonio
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