Como todos los domingos me desperté con los
primeros rayos de sol que encontraban pequeños resquicios en la unión de las
persianas, el sonido de los canarios en la terraza llegaba atenuado a través de
la puerta que la separaba del resto de la casa. Después de trabajar arduamente
durante toda la semana, los fines de semana eran como un oasis en el medio del
desierto, subo rápidamente las escaleras escoltado en ambos flancos por Laika
una preciosa Golden Retriever y por Triki, una Schnauzer traviesa de pelaje
negro grisáceo y mirada vivaz. Me siento en la silla frente a las voladeras y
cierro los ojos, escuchando los repasos, me concentro y trato de descifrar algún
giro que se parezca al que emiten los maestros, no es fácil.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5AiYwHNO4g8hPzWg0YEBppEKCXFEEgav72K8G_iL-eOO_bRfOjIhIsFn5EgvqCz5aGPQpLOKCQM277OMQIQQJa-AvQMPj1wTlwROgwBpVQ3W5cv1lueXKFryfkNFses9yuCqB_bOAWfVl/s320/2016-08-31_0-29-51.jpg)
Para mí esto de la canaricultura del timbrado
es como montar una bicicleta, primero tienes que andar con las rueditas a los
lados, luego te van dando impulso y recorres pequeñas distancias,
posteriormente llega el momento EUREKA, cuando ya la montas solo. Ahí ya sabes
montar en bicicleta, pero tienes que saber que ruta tomar y no equivocarte de
dirección, en esencia, tienes que saber a dónde quieres llegar y no solo saber
montar la bicicleta. Emilio siempre supo hacia cual dirección girar el timón,
tuvo plena conciencia de sus capacidades y de sus limitaciones, y entendió
cuando retirarse de competir para sólo dedicarse a disfrutar del canto de sus
canarios, su familia tomó un lugar aún más preponderante en esos últimos años
que antecedieron su partida.
Mi
tiempo en la canaricultura del timbrado siempre estarán marcados por Emilio y
sus enseñanzas, no sólo en la canaricultura sino en su filosofía de vida,
sencilla pero lleno de pequeños detalles que hacían relucir su don de gente.
Muy bueno Ernesto saludos
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