Con mucha tristeza recibí la noticia del fallecimiento de Manuel
Fernando Moreno. Con solo 49 años, hacía ya tiempo que batallaba con una cruenta enfermedad que
nos arrebató a un gran ser humano.
Manolo aparte de ser un gran timbradista fue un gran ser humano,
aunque quizás no muy conocido fuera de su circulo cercano por dos circunstancias: su
humildad y su alejamiento del mundo del timbrado por varios años por motivos
personales.
Manolo el de Artá
En 2004 durante una visita a Madrid |
Conocí a Manolo en el año 2004, la educación digital estaba en ese entonces
en su infancia, pocos se atrevían y menos aún decían lo que hacían, era los
tiempos del mal-llamado polémico de Francisco Aroca(un gran ejemplar), más de
casetes que de cedes, mas de empirismo que de método científico. No había
smartphones ni whatsapp ni nada parecido, la “tapa del frasco” de las comunicaciones
era el Messenger de Hotmail, Y por ese medio, recuerdo muchos chats con Miguel
Angel Hernandez Paniagua especulando sobre las razones porque los timbrados
aprendían uno u otra nota. Miguel, de paso, fue de los primeros que también se
atrevió a educar usando un medio electrónico.
Un día, Miguel me dice que ha recibido unos
canarios de Manolo, un chico de Artá (Mallorca), que valía la pena escucharlos
ya que habían sido educados por medios digitales.
Eran cuatro machos, los
recuerdo vívidamente: un blanco, un amarillo y dos moñas píos, los escuché en
casa de Miguel quedando de una pieza al hacerlo, voces metálicas, floreos preciosos
y muy completos de repertorio. Eso sí, tenían una pega, los cuatro rascaban, me
quedé pensando más en la potencialidad genética que en aquellos defectos. Además,
parecía lógico pensar que alguna falla en el incipiente método había provocado
ese defecto en la ejecución de esos ejemplares.
Y me llevé aquellos cuatro ejemplares con sus correspondientes hembras.
Con Manolo en Artá (Mallorca) |
Poco tiempo después empecé a interactuar con Manolo, el criador
(creador) de aquellos maravillosos ejemplares, pasando numerosas horas en el
chat, llenándolo de preguntas, algunas sobre las que tenía respuestas y otras
sobre las que especulaba inteligentemente. Manolo, de profesión mecánico
automotriz, era un autodidacta, un mago del Audacity y una mente curiosa, poco
a poco se convirtió en un buen amigo sobre el que hablábamos de diferentes
temas, aparte de los relativos a canarios. A través de él supe de los trabajos
de Juan Arias, otro gran canaricultor también ya fallecido.
El 34
En diciembre del año 2006 fui a conocerlo
personalmente a Artá donde se iba a celebrar un modesto concurso de timbrados, allí
conocí a Fausto Rodriguez de Viguri, a Rafael Cruz, a Jose Pérez, a José de Soller
y a otros buenos criadores mallorquines. En ese viaje, Manolo me obsequió una
hembra moña amarilla (002-V032-06) que a la postre crucé con un macho pio de Francisco
Aroca y que entre otros buenos ejemplares engendró al 34-ATV7-2007, un ejemplar
con unos increíbles atributos canoros campeón individual del concurso de la ATV
en Venezuela.
Poco a poco nos distanciamos, aunque hablábamos
un par de veces al año, las circunstancias de vida no le permitieron volver en
condiciones a criar y concursar en condiciones, sin embargo, continuó siendo un referente para los que lo
conocimos. Mas que eso, Manolo era una persona de sentimientos nobles, humilde,
con un sentido del humor muy particular, generoso y un gran ser humano.
En mi última conversación con él, me confesaba
que a veces leía mis artículos del blog (que orgullo para mía, Manolo) y que tenía
un par de machos que le había obsequiado Jose, le prometí que le regalaría uno
en diciembre. Ya no podrá ser. Hasta
siempre querido Manolo.
Rafael Cruz y Manolo Fernando |
Fausto, Manolo, Rafael Cruz y Yo |
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