Notas sobre voladeras (2016)

Como la producción de este año ha sido numerosa y especialmente desproporcionada; 70 machos y apenas 8 hembras. He “sacrificado” parte de los pichones para experimentar diferentes opciones y tratar de entender un poco más cómo funciona el proceso de aprendizaje (es un proceso biológico, sean educados o no, no nacen aprendidos). 

A continuación, os comparto algunos hallazgos y verificaciones, algunos constatan algo sabido o supuesto y otros constan de jugar con diferentes variables:

1.- A Rey muerto Rey puesto: en una voladera de seis ejemplares, se extrae el ejemplar dominante en las primeras semanas y se aloja en una voladera individual. En cuestión de pocos días,  otro ejemplar asume el liderazgo de la voladera y se convierte en el ejemplar guía de la misma. Al tratarse de una extracción temprana la influencia sobre el repertorio del resto de la voladera la ejerce el nuevo líder a pesar que todos los miembros pueden observar y escuchar al ejemplar extraído. Hay una clara influencia del guía más cercano, esto me confirma lo sucedido cuando he educado en recintos limitados y con influencia auditiva y visual de ejemplares adultos y he logrado que la mayoría de los noveles no aprendan giros continuos a pesar de estarlos escuchando. Es obvio que esta disposición no es la más adecuada, pero ofrece alternativas a aquellos que disponen de un único ambiente por limitaciones de espacio.

2.- Voladeras con pocos inquilinos: mi manera de poblar las voladeras es esencialmente pragmática, a medida que voy emancipando los noveles, los voy agrupando por edades independientemente de su sexo o color del plumaje.  Este año decidí colocar dos voladeras en pequeños grupos tratando de que tuvieran el mismo padre o un registro tonal similar. El resultado ha sido muy satisfactorio, principalmente porque los guías han sido buenos y sus compañeros de jaula han sido capaces de seguirlos sin inconveniente alguno quizás por la facilidad de poseer una genética similar. Al leer estas líneas quizás algunos lectores argumenten que lo hacen así desde hace mucho tiempo, es cierto, pero por un lado el factor suerte de los guías sin defectos, con buena dicción y repertorios con variedad de floreos y variaciones conjuntas no está asegurado. Y donde hay más de un ejemplar uno hay un claro factor de influencia entre ellos. Por otro lado, el método que siempre he usado también me da resultados positivos en alto porcentaje.

3.- Mudanza de ejemplares: este año, en una de las voladeras cinco ejemplares comenzaron a mostrar problemas en el enlace entre dos floreos indicando que posiblemente generaría en una nota negativa. Para salvaguardar al resto de la voladera los moví a una voladera separada con acceso directo al material de aprendizaje. Transcurridas ocho semanas al evaluar nuevamente el progreso de los ejemplares noté con satisfacción que cuatro de los cinco ejecutaban el enlace sin inconveniente alguno. Nótese que otra opción pudo ser haber usado cinta adhesiva en las alas.

4.- Luz Solar:  de las siete voladeras que constituí, una de ellas la alojé en un ambiente separado con un 70% de luz solar, aunque escuchando el mismo material de aprendizaje. Estos ejemplares realizaron una muda más rápida que el resto alojado en un ambiente con 90% de luz. Los ejemplares con acceso a una menor cantidad de luz también mostraron: una rápida asimilación del material de aprendizaje, mayor brillantez de pluma y una voz influenciada levemente por la acústica del ambiente y una menor predisposición a las pelear con sus compañeros de hábitat.

5.- Modificaciones al material de aprendizaje: la mejora del material de aprendizaje es un proceso iterativo hasta que se logra la calidad deseada. En particular, yo no modifico la base que constituye el 80% del material sin embargo se requiere un refinamiento cuando observamos claras dificultades en los repasos de la mayor parte de los ejemplares o cuando notemos que la interpretación de un giro no es la esperada, recordemos que los ejemplares hacen suyos los giros en función de su capacidad de aprendizaje, de su capacidad genética y de su registro tonal.