Llego Octubre, época en la que es costumbre
sacar a los jóvenes timbrados de las voladoras y enjaularlos para que terminen
de cristalizar su canto. La excitación ronda en los aviarios y los criadores,
noveles y expertos acrecientan su interés con particular ansiedad pasando cada
vez más horas frente a sus ejemplares tratando de determinar la calidad de su
trabajo. Escuchamos un floreo de particular complejidad y se nos acelera el
corazón, queremos volverlo a escuchar, llamamos a un amigo canaricultor y le contamos,
otros, usan la tecnología de los teléfonos inteligentes y envían el audio o el
video de sus noveles a sus compañeros de afición esperando impresionarlos, y
los que no están tan seguros de lo que escuchan, en el mejor de los casos esperan
obtener retroalimentación. Tened mucho cuidado de no dormiros en los laureles
con la incipiente ejecución puesto que un mal manejo puede dar al traste con
todo el esfuerzo de un año.
La paciencia es sin duda el activo más
preciado de cualquier canaricultor, debemos sobreponernos a nuestras ansias de
tener a nuestros ejemplares alojados en sus jaulas de concurso y ejecutar los
pasos gradualmente llevando al ejemplar de un repaso inteligible a la ejecución
impecable de su repertorio. Es común cometer errores en esta etapa que pueden
tener desenlaces desagradables que van desde la pérdida de parte del repertorio
que el ejemplar ejecutaba en la voladera hasta una muda a destiempo o en el
peor de los casos la muerte del ejemplar. Es frecuente escuchar entre los
aficionados:
“Hacía
de todo en la voladera, lo enjaulé y se quedó solo con lo básico o con las
notas menos complejas”.
En
todo caso, el factor crítico a vencer es el stress, fenómeno al que se enfrenta
el canario al ser “arrancado” de su zona de confort y confinarlo a un espacio
muy reducido de una manera abrupta después de haber disfrutado “a sus anchas”
en una voladera durante los primeros meses de vida.
No hay manera de que esta etapa no sea
traumática para el ejemplar, y lo que debemos hacer como criadores
responsables es hacérsela lo menos estresante posible, a fin de lograr una
pronta y efectiva adaptación a su nuevo “hábitat”. No podemos ni debemos
saltarnos las etapas necesarias: enjaule, preparación para los concursos y
concursos. Cada una de estas etapas requiere un tratamiento diferente por
parte del criador.
Es importante destacar que es tan malo precipitarnos en enjaular como no
hacerlo a su debido tiempo, el dejarlos más tiempo del necesario produce
ejemplares de escaso repertorio que repiten incansablemente las mismas notas,
que de paso suelen ser las más simples del material de aprendizaje. Por otro
lado es necesario resaltar que el proceso de enjaule, a menos que tengamos
restricciones de espacio u otra variable, es un proceso individual y
es que nuestros canarios no maduran a
la vez, como en el resto de los seres vivos, hay individuos precoces y
otros que tardan un mayor tiempo en madurar.
Es por ello que no debe sorprendernos que un
pichón nacido en Febrero puede no dar ningún indicio y estar repasando
incipientemente y otra nacido a finales de Abril ya muestra un repertorio
completo, ha mudado y nos pide que lo enjaulemos.
Por otro lado debemos estar muy conscientes
que al enjaular provocamos una serie de cambios hormonales en el ejemplar al
fomentar el desarrollo del instinto de territorialidad, el cual, para el joven
canario, ahora se circunscribe a las reducidas dimensiones de la jaula de
concurso. Este cambio hormonal, que acelera en la mayor parte de los casos la
evolución normal de su repaso, posiblemente ocurrirá unos meses más adelante
para aquellos ejemplares que viven en libertad en las montañas y valles de la
macaronesia
A continuación estructuro una serie de pautas
que os recomiendo seguir al momento de enjaular.
Saber cuándo
enjaular: en un
artículo que escribí en Octubre de 2012 señalaba algunos elementos críticos
para determinar si un ejemplar está listo o no para el enjaule, a saber:
Plumaje:
el pájaro debe haber completado su muda, no deben presentarse cañones en su plumaje que denoten que este
proceso no ha sido completado.
Actitud: debemos tener en cuenta el
comportamiento del ave dentro de la voladera, un ejemplar con un comportamiento
agresivo con sus congéneres o de acercamiento sexual es conveniente separarlo
ya que su comportamiento altera el equilibrio en la voladera y su canto
atropellado puede ser copiado por el resto de las aves. Separar el ejemplar no
significa necesariamente enjaularlo y comenzar su preparación para los
concursos, debemos evaluar otros factores.
Canto: el repaso debe haber quedado
atrás, la mayor parte de las notas deben ser inteligibles, aunque las atropelle
y las reordene a su antojo, eso es perfectamente normal en esta etapa.
2.-
Enjaular por etapas: Yo utilizo un
método de encerramiento paulatino principalmente porque me lo puedo permitir, y
suelo hacerlo por etapas: primeramente muevo a los pichones a jaulas de 30 cm
que son mucho más espaciosas que las de concurso, allá los tengo un par de
semanas y de allí los muevo a jaulas de tipo valenciana en un mueble-escuela,
esto me permite escuchar de manera
individual a cada ave y además hacer que el proceso de acortamiento de
espacio sea paulatino. Sólo aquellas aves que considero aptas para concursar
son colocadas en las jaulas de concurso de dos a tres semanas antes del
evento. Idealmente si disponemos de muy pocos ejemplares en la voladera podemos
usar los divisores de la voladera dejando que se vean los ejemplares, claro
está que estamos limitados a tres o cuatro ejemplares por voladera.
Es altamente indispensable que los ejemplares
recién enjaulados se vean entre si
durante los primeros cinco a siete días. Una vez más, como el proceso de
maduración es individual puede que entre nuestros canarios recién separados haya
alguno que exhiba un celo subido o muestras fehacientes de territorialidad, en
estos casos ya podemos dejar al ejemplar en su jaula sin que vea a ninguno de
sus compañeros.
4.- Examinar la jaula a diario:
Debe volverse una norma el examinar el fondo
de la bandeja en busca de plumas y observar además la consistencia de las
heces. Si el número de plumas es alto, examinaremos al ejemplar y de notar que
al tomarlo pierde más plumas lo retornaremos a la voladera con la esperanza que
no realice una muda fuera de ciclo que lo inutilice para los concursos. La
inspección visual de heces es una valiosa herramienta para determinar la salud
de ejemplar.
5.-
Suministro vitamínico y refuerzo: Al ser
enjaulado, el canario se estresa y reduce su ingesta producto del stress, es
conveniente reforzar su alimentación con pastón. En particular yo uso una
mezcla de germen de trigo, salvado de avena, pastón y brocolí a diario.
6.- El camino a la cristalización del canto: Una vez
enjaulado el canario acelera su evolución desde el repaso hasta el cierre o
cristalización del canto. Debemos escucharlo todos los días con la finalidad de
monitorizar su progreso y detectar faltas o defectos. Si estáis educando debéis
dejar que el canario escuche el material de aprendizaje a diario. Es muy
importante no encerrar a los pájaros en las maletas ni sacarlos sobre la mesa
como si los estuviésemos preparando para el concurso. Esto debe solo hacerse
cuando el canto esté cristalizado.
Compañero.Ernesto.
ResponderEliminarDespués de casi dos meses si aparecer por estos lugares, me encuentro con este formidable artículo.
Enhorabuena.
gracias Don Ernesto Ramos demasiado bueno tus explicaciones...
ResponderEliminarExcelentes datos .....
ResponderEliminarMuchas Gracias por Todo tu Conocimiento.....