viernes, 6 de septiembre de 2019

Colombia: Un proyecto de ley absurdo amenaza a la ornitología deportiva


Circula por las redes desde hace algunos días un proyecto de ley en el congreso colombiano impulsado por Ricardo Ferro Lozano para prohibir la cría, reproducción, comercialización y tenencia de cualquier ave de ornato y canora como animales de compañía en el territorio colombiano. (http://www.camara.gov.co/prohibicion-aves-de-vuelo).







Como aficionado a la ornitología deportiva, al escuchar y leer la propuesta del representante Ricardo Ferro  Lozano,  claramente se puede inferir su absoluta ignorancia con respecto al tema así como la peligrosidad de que una propuesta de ley tan ridícula sea aprobada en los términos planteados. No es difícil concluir que algún animalista “in extremis”, quizás como las infames mujer@s polémicas de las gallinas violadas en España, le haya propuesto el proyecto y éste haya comprado la idea sin entender las consecuencias de lo que plantea.

                                           Ricardo Ferro Lozano

Es comprensible la necesidad de cada país de proteger a sus aves silvestres ya que cuando no existen mecanismos de control los abusos contribuyen a diezmar y en muchos casos a extinguir especies existentes, cito como ejemplo el caso de la paloma viajera americana (Ectopistes migratorius) y el caso más reciente del cardenalito de Venezuela (Spinus cucullata) hoy al borde la extinción en estado silvestre.

Empecemos por apuntar que la expresión aves de ornato y canoras es una definición pobre, probablemente obtenida de algún libro y que deja por fuera a un gran número de aves que requieren protección en libertad.  El conjunto de las aves dentro de la expresión “aves de ornato y canoras” comprende, entre otras a: periquitos australianos, canarios en todas sus razas y variedades, diamantes de Gould, bengalíes, todas las razas de palomas y gallináceas y psitácidas.

Si tomamos como ejemplo el caso de los canarios me permito sugerirle al representante Ferro Lozano un mínimo de lectura e investigación, quizás le resulte interesante entender que la canaricultura es una afición centenaria, que el 99% de las razas y variedades existentes son creación del hombre cuyas probabilidades de supervivencia, si son liberados, es absolutamente nula, por lo que prohibir su tenencia sería equivalente a sentenciarlos a muerte por inanición o en presas de depredares. (sugiero la lectura de: http://timbradospanama.blogspot.com/2017/06/los-canarios-de-midway.html). Pero es que a los animalistas “in extremis” poco les importa el bienestar o futuro de los animales, prefieren verlos muertos o extinguidos que ver a los pobres animalitos enjaulados, sin entender que estos ejemplares han perdido cualquier instinto de supervivencia tras 500 años de crianza en cautiverio.

La ornitología deportiva, en esencia, promueve el amor a las aves, une a los aficionados tras una noble afición, garantiza la perdurabilidad de las aves y sobre todo es una actividad que compartida familiarmente promueve el amor por las aves por generaciones. Todavía recuerdo vivamente a mis escasos once años el nacimiento de los primeros pichones de paloma logré criar, no cesaba de maravillarme el sentimiento de haber contribuido con el mundo. Ese sentimiento, que me ha acompañado durante toda mi vida, se ha constituido en el principal factor motivador de mi amor por las aves y de su defensa a ultranza.

Quizás el representante Lozano o su asesor, cuando quiso referirse a las especies canoras, pensaba en el famoso “canario de tierra o de tejado” (Sicalis flaveola) cuyo hábitat comprende desde centroamérica hasta la Argentina y cuya captura indiscriminada es motivo de atención en tierras colombianas.


                                          Cria en cautiverio del Sicalis flaveola

Lo cierto es que la cría en cautiverio garantiza la continuidad de las especies en estado silvestre, claro está, acompañada de las correspondientes regulaciones, y es ahí donde si apoyo a la necesidad de leyes sólidas, necesariamente acompañadas por la asesoría de las federaciones ornitológicas que protejan en forma conjunta a la ornitología deportiva y a la especie en estado silvestre. A modo de ejemplo claro, la cría en cautiverio y obtención de las diferentes razas de canarios ha reducido a través de los años la apetencia por la captura de los ejemplares silvestres, situación que ha estabilizado la población silvestre en unos 200.000 ejemplares. A pesar de ello, se ha hecho necesaria la promulgación de leyes por parte del gobierno canario para impedir la captura de ejemplares silvestres, ya que no faltan los cazadores furtivos que los malvenden ilícitamente a los que se excusan absurdamente en “el refrescamiento de sangre”.  

El caso del cardenalito de Venezuela es igualmente dramático, existen muchísimos más ejemplares en los aviarios europeos que en libertad en tierra venezolana, aquí el factor fundamental es la captura indiscriminada causada por un gobierno inepto e incompetente en un país cuya población está sumida en la pobreza y la desesperación por sobrevivir.

Creo firmemente en la existencia de regulaciones, debidamente analizadas por expertos en la materia que protejan a los ejemplares en estado silvestre de capturas indiscriminadas y que permita la cría en cautiverio ya que es uno de los factores para disminuir la apetencia por obtener ejemplares silvestres.

Hay que hacerlo, pero hay que hacerlo bien.

3 comentarios:

  1. Gracias y mil gracias a nuestro amigo y criador Ernesto Ramos por aporta su granito de arena en protestar después de haber leído esta ley adsurda del representante Ricardo ferro lozano,. Por acabar la ornitología deportiva.

    ResponderEliminar
  2. EXCELENTE artículo y es mi deseo que el señor Representante a la cámara pueda leerlo

    ResponderEliminar