En primer lugar se debe aclarar que cada fase
tiene un objetivo siendo necesario que
el criador tenga el objetivo a perseguir en cada etapa. Los meses en voladera
persiguen dos objetivos primordiales: a) la madurez física del ejemplar y b) la
formación del ejemplar desde el punto canoro (se eduque o no). El enjaule tiene como objetivo
principal la cristalización de canto si es que no se ha producido previamente
en la voladera y como secundario la habituación del canario a su nuevo entorno
reducido. La fase de entrenamiento como su nombre lo indica tiene como objetivo
el lograr habituar al ejemplar cantar en
diferentes sitios, horas y circunstancias para garantizar que el canario logre
demostrar todo su potencial en los quince minutos que se le otorgan para ello.
Primer Error:
Sacar o dejar a
destiempo al ejemplar de la voladera. Sólo debe sacarse al ejemplar
cuando las condiciones estén dadas (http://timbradospanama.blogspot.com/2014/09/consejos-para-un-enjaule-correcto.html).
Hacerlo a destiempo causará que los ejemplares recorten su repertorio
significativamente.
Segundo Error: Enjaular en un ambiente distinto al de la voladera
ya que esto le produce
un estrés al ejemplar teniendo como consecuencia el recorte del repertorio o
una remuda. Lo aconsejable es que las
jaulas a las que traslademos a los noveles se encuentren preferentemente en la
misma habitación y bajo las mismas condiciones ambientales.
Tercer Error:
Comenzar el entrenamiento del ejemplar sin que este haya cristalizado
su canto, lo que también tiene como impacto la pérdida de repertorio. Solo cuando
sabemos que el ejemplar cerró canto debemos empezar el período de
entrenamiento. El período mínimo de entrenamiento es de 21 días.
Y quizás como cuarto error podamos
citar el exceso de entrenamiento que contrariamente a la
lógica debe ser controlado y no exceder un máximo de 3 salidas diarias. Ya éste
último “error” será motivo para otra reseña.
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