Parece natural para la mayoría de los
aficionados hablar de notas de 27 puntos, de 18 puntos y de 9 puntos. De hecho,
algunos clubes y organizaciones premian los llamados “Giros de 27” para hacer referencia a aquellos ejemplares que suman
más puntos entre las notas Floreos, Floreos Lentos y Variaciones Conjuntas. No
muchos conocen el origen de esta manera de puntuar, pero el sistema de
valoración denominado tridivisibilidad 3-6-9 fue creado por el alemán Wolf y es
utilizado todas las razas de canarios de canto.
Este sistema se basa en que las notas
inferiores reciben un máximo de 3 puntos, las de valor medio 6 puntos y las
superiores 9.
Es decir, todas las notas se pueden dividir entre 3, aspecto
pensado para dividir en tres categorías la apreciación de una nota por parte de
un juez. Tomemos una de 3 puntos; si un canario la ejecuta de una manera
suficiente entonces se le coloca 1 punto, si es de forma buena 2 puntos y si es
de forma muy buena le daremos 3 puntos.
De igual manera las notas de 6 las dividiremos
en tres bloques: suficientes 1-2 puntos, buenas 3-4 y muy buenas 5-6. Ya sabéis
que hacer con las de 9 puntos: 1-2-3 suficiente, 4-5-6 buenas y 7-8-9 muy
buenas. Pero ¿porque hablamos de Giros de 27 y notas de 18? Porque el código
fue creado pensando en la presencia de tres jueces donde cada uno valoraba con
el sistema 3-6-9 y luego se sumaban tomando en cuenta que la suma total de las
puntuaciones jamás podía pasar de 100 puntos. La realidad es que esos concursos
a los que siempre concurrían 3 jueces cada vez se hicieron más escasos a medida
que crecía la popularidad del timbrado por dos razones: el costo de tener tres
jueces en un mismo concurso y la disponibilidad de jueces. Así que se optó por
que la puntuación del juez se multiplicaba por 3 y es así las notas de 3 se
convirtieron en 9 y las de 6 en 18 y las de 9 en 27. Hoy en día esa escala con
las puntuaciones triplicadas es reflejada en el código, así como la escala de
valoración dividida en 3:
Así que con esta tabla podemos saber bajo que
categoría enmarca el juez cada uno de los giros de los ejemplares en la
planilla.
Me parece que es mucho suponer que quien discernía y diferenciaba entre 1 y 9, ahora sea capaz de hacerlo entre 1 y 27. Es más, es dudoso que existan esas diferencias. Si en origen se entendía que un juez podía discernir a lo sumo entre 1 y 9, y el grupo de notas más complejo tenía su escala entre el 1 y el 9, ¿cómo ahora distinguen entre 1 y 27 ?
ResponderEliminarEl sentido común me dice que esta burda simplificación, que vino tras la perdidad del jurado, ha traído también desgraciadamente que se puntue a bulto, simplemente porque es humanamente imposible hacerlo de otro modo. Por eso cuando oigo aquello de puntuar según la planilla y lo que dice el pájaro, se esboza en mi cara una sonrisa.
No puedo estar mas de acuerdo contigo, pero este mismo sistema de 3-6-9 también provee una regla para aproximarse mas a la solución al dividir en tres escalafones la calidad de la nota, pero con las notas de 27 la variabilidad puede tener un componente altamente subjetivo.
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