Apenas abre la puerta, el
ambiente se llena de las inconfundibles notas de nuestro timbrado español, a
diferencia de lo que se escucha muchos aviarios en la actualidad, las voces son
potentes y metálicas, pero a su vez armoniosas, capaces de entonar unos floreos
que adornan prolijamente su canción. Y es que Valentin Barrero Gonzalez, militar de
profesión, es uno de los pioneros del canario timbrado español, como juez desde
hace más de 40 años y, como criador desde finales de los años 50. Del lado izquierdo
del pequeño local cuelgan unas voladeras con hembras, en el derecho, decenas de
jaulas de concurso ocultas tras un paño, cobijándolas de la claridad.
Valentin nació en 1946, en Guareña,
un pequeño pueblo de Extremadura enmarcado en la provincia de Badajoz con un padrón cercano a las 7000 almas.
¿Cuándo comenzaste a concursar?
Empecé a concursar entre el año
1964 o 1965 y crio desde 1954.
¿Cómo te nació la afición por
el timbrado español?
Cuando era pequeño y vivía en
Guareña, durante mi trayecto de mi casa al colegio escuchaba el canto de unos
pájaros colgados en un balcón del zaguán, sabía que eran de un señor madrileño
que había venido como jefe de mecánica de un particular. Recuerdo que me
quedaba plantado en la acera ensimismado al escucharlos. Pronto me di cuenta de
que todos los días les llevaba el entramado de pan y queso que les ponía a los
pájaros, motu proprio, comencé a llevárselo, poco a poco me fui granjeando su
amistad, hasta que un buen día me dejó entrar a ver los pájaros, recuerdo que eran
preciosos, todos amarillos. Al terminar la temporada me regaló una pareja y a
partir de ese momento comenzó mi andadura en la cría del canario timbrado. Eso
fue en el año 1954, frisaba ya los 12 años, desde ese entonces he tenido
pájaros donde quiera que he estado.
Con tanto tiempo en este mundo
del timbrado seguro has conocido a personajes importantes de la historia del
timbrado
A decir verdad, conocí a conspicuos
criadores y jueces como Rafael Martinez Bouzo, Jesus Gómez del Cueto, Angel Salido,
los hermanos Plaza, Juan Luis Plata Guerra de Cáceres, Clemente Lillo, etc., con
muchos de ellos enjuicié.
¿Desde cuando eres juez de timbrado
español?
Desde el año 1975 o 1976 y luego
OMJ (Juez Internacional avalado por C.O.M.) en 1981. Fui algunos años presidente
de la comisión técnica.
En ese rol de presidente de la
CT te habrán tocado vivir momentos interesantes, modificaciones de la planilla,
etc.
Participé únicamente en la
modificación de la última (la actual vigente en COM), como anécdota la
modificamos en 1987, en apenas 24 horas en casa de Álvaro Guillen y fue un
trabajo de Guillen, Albino Fernández, Lillo y mi persona siendo aprobada por la
COM muy rápidamente.
¿Qué es lo que más te gusta
del timbrado?
-
¡Todo! – dice enfáticamente- el pájaro se ha
dulcificado tanto que es una eminencia lo que tenemos. Y no nos damos cuenta de
todo lo que ha tenido que pasar para llegar a eso, y hablo de timbrado en
general, no de floreados.
Puedo contarte una anécdota de un
mundial en Portugal donde fuimos a llevar unos ejemplares Jose Membrives y yo,
eran solamente 20 lotes, pero para quue pudieran ser enjuiciados tuvimos que pedir unas
mantas para tapar los pájaros porque los PIAUS y CHAUS eran ensordecedores. Y de eso a lo de ahora hay un
trecho largo, ya poco se escuchan esos pájaros estridentes, los de ahora tienen
unos floreos espectaculares unas compuestas muy bonitas, buenas castañuelas y
cascabeles. Lo digo en general.
En cuanto a mí, lo que mas
trabajo es la voz, no me importa si le falta una o dos notas pero la voz no puede
faltar.
¿Qué consejo le darías a los
aficionados de hoy en día?
Pues que críen lo que consideren
oportuno, lo que realmente les guste. Aunque obtenga malos resultados en los
concursos, debe seguir insistiendo. Cuidado al meter líneas nuevas. Yo en particular
no meto nada ni hembras ni machos si desconozco su origen, para hacer líneas de
canto se deben seleccionar muy pocos pájaros y trabajarlos incesantemente. De mezclar
pájaros de diferentes lados no se obtiene nada, eso yo creo que nos ha pasado a
todos. Hay que buscar pájaros de buena voz, oquedad y que sea además valiente
para cantar, que sea constante. Pájaros que pequen en exceso por fuertes más
que débiles.
Sobre la mesa, las colillas de un
fumador impenitente, me imagino las tardes con el periódico, un cigarrillo y un
café. Ya es hora de irse. Fue un buen día
de enjuiciamiento, ejemplares interesantes. Para la comida, disfrutamos de la
gastronomía y la hospitalidad del Mesón de Galicia propiedad de otro excelente
aficionado, Damian Hernández. Agradezco también a Francisco Torreescusa todas sus atenciones como anfitrión del concurso. Me voy contento, buen trato, buenas personas y
mucho respeto. Me esperan 5 horas de autobús a Madrid y un AVE a Valencia.
Intenso pero gratificante.
Excelente
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