lunes, 23 de agosto de 2021

Y la pregunta es...¿A qué volumen?

 La pregunta relativa al nivel de volumen es una de las que, con mayor frecuencia, suelen realizar los aficionados junto a las típicas de duración, estructura, tipos de notas a incluir y horas de exposición al audio. Y siempre he respondido diáfanamente en base a mi experiencia, mayormente empírica: al volumen que canta un canario normalmente.

A mí, me gusta experimentar para poder constatar de forma práctica lo que la lógica o la teoría indica. Y como este segundo año de la peste decidí, desde un principio, no participar en concursos me dediqué a retar algunas de estas prácticas que uno hace simplemente porque funcionan. En este caso, dispuse tres voladeras verticalmente, colocando solo altavoces en la voladera central. Lo de usar un solo par de altavoces ya lo había probado el año pasado, y funciona, sólo que se expone más a los noveles a la influencia de los líderes del jaulón en aquellas voladeras donde no hay altavoz. Este año, me arriesgué y dispuse el volumen en niveles mínimos. ¿Resultados? Perfectos hasta ahora, todos los ejemplares aprendieron el audio objetivo. Y esta es una gran noticia ya que para aquellos que logísticamente afectan a sus vecinos (o peor aún a los miembros de su familia) pueden colocar el audio en niveles que no resulten molestos. 

Varias cosas que son importantes aclarar, para que todo marche bien lo más importante es que el audio se compatible con el tipo de canarios que tenemos. Por ejemplo, no pierda el tiempo colocándoles, verbigracia, agua lenta o floreos excesivamente lentos o complejos a canarios de corte clásico (esto, de más está decir con mucho respeto) ya que no los aprenderán, y no lo harán simplemente porque no los escuchan. Y lo que no se escucha no se puede aprender. Así que, si vais a probar a minimizar el volumen, no introduzcáis variables nuevas, usad un audio que ya os haya funcionado con vuestros ejemplares.


miércoles, 4 de agosto de 2021

Audios y Piratas

 

De sobra esta decir que la extensa adopción de la educación mediante audios (digital) del canario timbrado español ha contribuido significativamente a “igualar las oportunidades” para la gran mayoría de criadores que educan. Cuando se educa mediante el uso de maestros, sincronizar la muda, evitar que aprendan giros defectuosos y sobre todo disponer de uno o mas ejemplares capaces de actuar como maestros es una tarea ostensiblemente compleja. Unas por otras, pero en líneas generales con la educación digital es posible, entre otros beneficios: construir un repertorio “a la carta”, recuperar notas perdidas e introducir floreos y variaciones conjuntas de cuantiosa belleza.

La educación digital supone una serie de competencias, que para algunos criadores se transforman en limitaciones, creándose una brecha digital en un nuevo ecosistema. Y es que competir mediante el uso de maestros con otros competidores, qué si lo hacen, es desventajoso.




En este nuevo ecosistema digital se distinguen varios tipos de usuarios, a saber:

El Inexperto: son criadores con muchas limitaciones tecnológicas, son incapaces de crear giros o de ejecutar “el cortar y pegar”, dependen enteramente de que algún otro criador les suministre un audio o usar maestros para no depender de terceros. No son muchos, pero si son las grandes victimas del auge de la educación digital. Carecer de pericia digital no es tema de misoneísmo, hasta los más avezados pasaran en algún momento a ese lado de la ecuación porque la tecnología va a un ritmo mucho mas veloz que el podemos seguir. Y en algún momento nos pillará el toro.

El ensamblador: Es un artista del “corta y pega”, arma rompecabezas con notas de aquí y de allá, es capaz de crear notas simples siempre usando el corta y pega. Maneja las funciones básicas de los programas de edición de audios.

El Experto: posee una alta pericia, es capaz de crear mediante el cortar y pegar y la transformación de notas usando herramientas de avanzada de los programas editores de audio. Es capaz de crear una nota mediante su oído. Tiene una alta sensibilidad musical. Es a la vez el que posee, en teoría, una mayor ventaja, pero también el más neurótico con la posibilidad que le copien o sustraigan sus notas (las notas producto de su creación).

El Pirata: Puede ser un ensamblador o inclusive un experto de naturaleza aviesa puesto que el conocimiento técnico no garantiza la existencia de ética. Los piratas están a la caza de notas por doquier, las piden o las roban en cualquier descuido. Los que antes robaban pájaros ahora roban audios y notas, no poseen escrúpulos. Los piratas además distribuyen sin complejos el botín obtenido ilegalmente, ya que como la mayoría de ellos no son creadores, no valoran las horas de trabajo que pueda llevar la creación de una nota o de un audio. Para ejemplo, la batalla que se libra a diario con la piratería informática y el contenido multimedia (audios, videos y libros electrónicos). Y es que piratear un audio o una nota está a solo tres deslizamientos digitales en un smartphone.

En lo personal me he tropezado con los piratas en varias ocasiones, especialmente con los videos que compartía (he dejado algunos), es impresionante el esmero en extraer las notas, aun cuando el que las publica da un claro mensaje de que no desea distribuirlas protegiéndolas mediante música en un segundo plano. Existe la concepción generalizada que todo lo que está publicado es gratis. No es así. Lo que hay es impunidad.

Leía en un chat de criadores una conversación donde uno de los participantes, eximio creador de notas decía que esta nota o aquella nota era suya expresándose con pesar, ya que alguien, usando la añagaza de la amistad se la había pedido para su uso exclusivo posteriormente distribuyéndola a diestra y siniestra. Hay malas noticias para los que crean notas, en el mundo virtual estamos todos desamparados aún si hubiera leyes de copyright (que haberlas, las hay) no hay quien las haga cumplir. Añádase que no existe eso del copyright de notas y que, verbigracia, con solo modificar un segmento con otra frecuencia, ya se trata de otra nota.

Es sumamente complejo evitar que las notas creadas circulen, y ya no solo hablo de los piratas. No nos podemos quedar con todos los ejemplares del año; los pájaros se venden, ceden o regalan, y con ellos se van las notas. Así que, si se pretende poseer giros exclusivos, el trabajo de creación debe renovarse cada año. Lo cual tampoco es garantía de ningún éxito ya que para que un ejemplar obtenga una buena calificación no es necesario en absoluto que ejecute floreos nunca escuchados, aunque esta claro que las novedades generan atención. En otras palabras, los que crean contenido deben renovarse constantemente y cuidarse, porque en la puerta de sus casas acechan los inescrupulosos. Y estos, no pierden comba.