Conocí a Javier Lobato en el año
2011 aunque realmente no lo traté sino hasta el año 2012, cuando con cierto
escepticismo le confié el rescate de unos ejemplares que tenía en malas
condiciones por falta de entrenamiento y debida atención. Estos ejemplares presentaban muy poca
vitalidad y escasa disposición al canto,
inclusive un juez, al enjuiciarlos, me había participado que un par
estaban enfermos. A los pocos días provistos de buena alimentación y mejor
entrenamiento los ejemplares mostraban claras señales de mejoría. Casi todos
los días hablábamos para comentar el avance de los pájaros a la vez que me
compartía audios y videos para demostrarlo.
Gracias a él, pude lograr ese año
varios premios incluyendo la medalla de plata en el nacional FOCDE (Anilla
34-FQ-11-2012). Y es que si algo tiene este extremeño es su conocimiento del
entrenamiento de los canarios timbrados que acompañado de una tenacidad ferviente
le convierten en uno de los buenos criadores en términos de manejo y
preparación de los ejemplares de cara a los concursos.
Javier Lobato (34 años) nació el 31 de Octubre de 1981 en Badajoz
lugar en donde vivió hasta los 22 años cuando decidió mudarse a Madrid en busca
de mejores oportunidades. Javier cría pájaros desde los 13 años, el empezar a
tan temprana edad lo correlaciona con las visitas a sus tíos maternos, que como
muchos hogares extremeños y andaluces,
criaban palomas así como otros tipos de pájaros. Relata Javier que lo
primero que hacía al llegar a casa de sus tíos era correr velozmente hacia el
palomar para quedarse ensimismado mirando a las palomas a través de las
rejillas.
Comienza a criar canarios timbrados,
motivado por un grupo de compañeros de trabajo que criaban asiduamente además
de la atracción que desde un principio sentía por el canto, Javier confiesa
abiertamente su desinterés por los canarios de
color y de postura. Como muchos criadores, en sus primeros pinillos con
los timbrados, sus ejemplares carecían de calidad.
Una de las virtudes de Javier Lobato
como criador es su gestión de entrenamiento (y sobre este tema presentaré próximamente
en el blog sus técnicas de entrenamiento), rara vez le fallan los ejemplares.
Como anécdota, estando en el concurso nacional FOCDE 2012, su equipo salió en
el último lote sobre las siete de la tarde, y no pararon de cantar en los
quince minutos. Ese día ganó su primera medalla (Bronce) en un concurso
nacional siendo el underdog del concurso (como dirían los anglosajones).
A finales del año 2012, después de
haber concursado con bastante éxito en España y Venezuela me tocó sortear una difícil
crisis en mi vida personal, como consecuencia de ésta, vendí casi todos mis ejemplares,
pero le cedí a Javier varios machos y un trio de hembras, mientras que otros
ejemplares quedaron en casa de un par de amigos en Panamá. Así que durante el
2013 no críe, al final de ese año me había repuesto de mis problemas y estaba
listo para volver a empezar, así que lo primero que hice fue tocar la puerta de
algunos criadores que consideraba amigos, negándome todos ellos algún ejemplar
aduciendo reservas y ventas. Esto fue una lección muy dura cuando en años
anteriores les había regalado mis mejores ejemplares, como dice el refrán: obras son amores y no buenas razones.
Así de mezquino es este mundillo de la ornitología deportiva.
Javier, en cambio hizo lo que nadie
nunca ha hecho y me ofreció lo que quisiera de su casa, y efectivamente me
llevé lo que necesité para recuperar mi sangre. Nunca ningún otro criador ha
hecho esto, siempre ha sido con condiciones o escoge de estos que son los que
te puedes llevar, etc…. Gracias a este noble gesto pude ganar muchos concursos
en el 2014 incluyendo el nacional. Independientemente de lo que pase en el
futuro nunca olvidaré que Javier privilegió la amistad sobre su propio interés.
Que interesante relato Dios bendiga grandemente la humanidad de Javier lobato un saludo y un abrazo,.. igual para usted Ernesto.
ResponderEliminarQue interesante relato Dios bendiga grandemente la humanidad de Javier lobato un saludo y un abrazo,.. igual para usted Ernesto.
ResponderEliminarLobato es un grande en todos los sentidos.
ResponderEliminarHe mantenido conversaciones con Lobato. Un gran entendido en timbrados, un auténtico experto. Lo mejor de tu artículo, amigo Ernesto, es mostrar su lado humano. El gesto que tuvo contigo dignifica la persona.
ResponderEliminarExcelente relato de vida , en el poco tiempo que tengo de estar en el timbrado se da uno cuenta que como lo dice don Ernesto son pocos los amigos y menos en querer ayudar a los que iniciamos.
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