Varias veces
me ha comentado favorablemente algún compañero de afición acerca de la virtud
de criar canarios timbrados de calidad de manera exitosa (éxito en mi argot no es ganar concursos sino sacar los timbrados que a mi me gustan) a pesar de las
circunstancias en las cuales lo hago, entre las dificultades que enfrento
criando en Panamá podría nombrar: el agresivo clima con mucho calor y altísimos
índices de humedad, la mezcla de semillas que se puede conseguir es muy pobre
(alpiste y mijo), ausencia de medicamentos, complejos vitamínicos e inclusive
pastas de cría y el aislamiento así como la ausencia de criadores con
experiencias y conocimiento, esto último con la idea de compartir opiniones
sobre las virtudes canoras de algún ejemplar o simplemente para sentarnos en el
aviario y hablar sobre nuestras experiencias en el arte de generar timbrados de
calidad.
Y cuando hago mención de todas estas dificultades, de ninguna manera
lo hago para ensalzarme por superarlas sino para mostrar que si uno tiene un
firme propósito puede vencer cada una de ellas con ingenio y dedicación.
Así
que poco a poco fui implementando paliativos para superarlas una a una: instalé
un deshumidificador de calidad en el aviario, estudié la alimentación de los
canarios y agregué el uso esporádico de avena y otras semillas así como el uso
más intensivo de frutas y vegetales en la dieta, aproveché viajes a España y a
Venezuela para adquirir un buen surtido de vitaminas y medicamentos así como de
traer pastón de cría para toda la temporada. Tampoco puedo negar la ayuda particularmente
generosa de algunos amigos especialmente de Colombia que en cada ocasión que me
visitaban traían consigo medicamentos e inclusive semillas de colza, en fin, que esta entrada no es para ver los detalles de
como resuelvo los diferentes problemas que me salen al paso cada día sino para
destacar que eso es lo normal: encontrarse con dificultades y darle la vuelta.
Así puedo comentar de excelentes criadores criando en espacios muy reducidos y
con muy buenos resultados. Los imponderables están constantemente al acecho: se
nos mueren todos los pichones por el mal estado de una pastón o un germinado,
un golpe de calor arrasa con toda la cría, colocamos un gran número de parejas
y apenas sacamos un puñado de pichones por problemas de eclosión, coccidios o
salmonelosis, el niño abrió la puerta de la voladera, o todo va por un camino
de rosas y nos damos cuenta a última hora que los pichones tienen doré por
causa del colorante de un pastón, podríamos enumerar decenas de casos más, lo
cierto del caso es que siempre pasa lo que no hemos previsto y lo importante es que hagamos uso de nuestra
resiliencia para superar los obstáculos y remontar el desánimo.
Si tenemos
claro el objetivo, volveremos a intentarlo y la
próxima vez seguramente tendremos éxito, lo importante es encontrar la
causa raíz de nuestro problema y establecer correctivos para evitarlos en el
futuro. Lo que no vale en este tema de la canaricultura y en especial la de timbrado, es la de
rendirse, siempre podemos volver a empezar y cada vez hacerlo con mejor pie y
os lo digo yo que por las circunstancias de la vida he tenido que volver a
empezar dos o tres veces.
Resiliencia: La resiliencia es la capacidad de
afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de
excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las
personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones
de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de
control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos
(Instituto Español de Resiliencia)
La Resiliencia, es el
convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de
manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar que los resultados estén en
contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de
incertidumbre con resultados altamente positivos.(E. Machacon 2011, Aspectos
vividos, Nov-Dic 2010)
Esa capacidad de resistencia se
prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido
a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o
físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al
fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.
Podría decirse que la resiliencia
es la entereza más allá de la resistencia. Es la
capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso.