Ayer 7 de agosto separé los primeros 3 primeros
pichones del 2017, muy temprano, es cierto, pero ya estaban muy adelantados. Lo
más temprano que había separado en años anteriores fue el 26 de agosto de 2012.
Estos independizados prematuramente de aquel entonces obtuvieron muy buenos resultados
en los concursos incluyendo aquellos que se celebraron en diciembre. Ya se ha señalado en varias ocasiones que el
proceso de enjaule de los canarios timbrados es un proceso que debe gestionarse
de manera individual ya que cada ejemplar experimenta su propio proceso de
maduración.
Naturalmente, un proceso de enjaule gradual y
prematuro necesita de dos requisitos que no son despreciables por parte del
canaricultor: espacio y tiempo. Espacio para poder ubicar las
maletas y jaulas individuales al mismo tiempo que las voladeras, es importante que
los pichones recién enjaulados estén en el mismo reciento donde se encuentran
las voladeras, obviamente, si ya el pichón presenta defectos en sus esbozos de
canto debe ser descartado inexorablemente. El factor tiempo es también crítico
ya que hay que “sentarse” a escuchar a los pichones recién enjaulados así como
observar su nivel de energía y estrés, especialmente en las primeras 48 horas,
actuando oportunamente frente a la presencia de cualquier anormalidad.
No enjaular cuando el canario está listo
encierra un doble riesgo: es muy probable que el ejemplar se encele,
degenerando su canto, no solamente perdiéndose la oportunidad de que concurse
sino perdiendo también el ejemplar en sí. Un ejemplar enjaulado prematuramente debidamente
gestionado puede ser útil durante los dos primeros meses de concursos pudiendo
ser relevado posteriormente por otros ejemplares desarrollados más tardíamente.
Un ejemplar abandonado a su suerte en la voladera, es muy posiblemente un
ejemplar perdido, con el riesgo que arrastre en su caída al resto de machos en
su voladera.
No es fácil discutir este tema del tiempo ideal
para enjaule, y muchos criadores experimentados tienen su metodología que
ejecutan con rigor, quizás sin el debido análisis o asumiendo las pérdidas de
alguno ejemplares que en la voladera presentaban un canto rico en giros de
diversa dificultad y al ser enjaulados recortan, repiten y simplifican su
repertorio. Los responsables de que esto suceda son los propios criadores y el
manejo que hagan con los ejemplares, no son los ejemplares. Es por esto por lo
que se debe criar el número de ejemplares que se puedan gestionar de acuerdo
con el tiempo y espacio. Hay muchas metodologías para un enjaule correcto y el
criador debe escoger aquella que más le convenga porque en esto de la
canaricultura de canto cada uno debe hacerse un traje a la medida de sus
circunstancias.