En detrimento de la canaricultura de canto, y
en particular, de la del canario timbrado español, durante los últimos años, la
planilla de enjuiciamiento se ha convertido en la prueba certificada de la
calidad de un canario timbrado. Esta circunstancia, absurda en parte, ha hecho
que se pierda el verdadero sentido de la planilla, que no solamente es el de
servir como herramienta de valoración de una actuación particular de un
ejemplar durante quince o veinte minutos en un concurso sino el de conducir
importantes observaciones y comentarios, si los hubiera, acerca del ejemplar
por parte del juez.
Al otorgarle semejante presión como soporte de
una transacción probablemente de naturaleza comercial se producen
degeneraciones de significado y uso de la planilla que ocasionan
comportamientos propios del ambiente circense, que algunos han pretendido
establecer en la canaricultura del timbrado, cuando una planilla no tiene los
puntos esperados o cuando contiene comentarios y observaciones que hagan
peligrar una venta.
Se entiende perfectamente la necesidad de una
prueba de la calidad del ejemplar más allá de la honradez y la palabra del
criador, la planilla no basta ni fue diseñada para ello. Con la tecnología
disponible es más razonable utilizar medios digitales como audios y vídeos que
permiten establecer una visión holística del ejemplar en cuestión donde se
aprecian elementos claves imposibles de ser reflejados en una planilla como: el
tipo de voz del ejemplar, su intensidad de voz, la dicción, el tipo de floreos
y variaciones conjuntas, la calidad de sus enlaces, su capacidad de improvisación,
etc...
Desde el punto de vista transaccional se puede
estar vendiendo un canario de 93 o 94 puntos que sea un verdadero fiasco o cuya
voz sea incompatible geneticamente con el aviario destino o peor aún que no sea
del gusto del comprador. Aunque como dice un buen amigo, no hay mejor prueba de
calidad que poner los ejemplares sobre una mesa y escucharlos en directo.
Mientras tanto el despropósito de la planilla como herramienta de venta produce
distorsiones como: criadores llevando un número elevado de ejemplares a un
concurso para obtener planillas de cada uno de ellos, otros yendo a concursar
solo donde van donde cierto juez porque piensan que tienen el baremo más alto o
gusta del tipo de canario, etc... Lo más nefasto comienza con el malestar
ocasionado por un resultado desfavorable y reflejado en una planilla que ahora
no le vale o con una observación que arroje algún tipo de sombra sobre la
calidad de su ejemplar.
Las observaciones son también muy importantes
en ese proceso de comunicación indirecta entre el juez y el criador, no solo
sirven para indicar si el ejemplar ha obtenido algún premio sino para dar
información puntual sobre uno de sus ejemplares en algunas ocasiones
desconocida para el criador, cito algunos ejemplos:
- ejemplar presenta signos de dore, cuide la
alimentación.
- ejemplar repite constantemente
- presenta giros de otras razas de canarios de
canto
- acusa enfermedad, revisar salud
Una planilla es una foto y no una película, a
manera de ejemplo, en esta temporada lleve el mismo ejemplar a cinco concursos
diferentes, obteniendo las siguientes puntuaciones: 93, 90, 90, 91 y 91.
Si
tuviera que vender el ejemplar usando una planilla obviamente usaría la
primera, la cual se obtuvo en el mejor momento del ejemplar. Ninguna de las
planillas es incorrecta y ninguna vez fue mal enjuiciado. Y sí, un canario de
93 puntos puede sacar 90 y 88 inclusive insuficiente en un concurso posterior, y es
que cada salida a concurso es única, y las hay buenas, malas y regulares. Hay
muchos factores que pueden influir en el rendimiento de un ejemplar en un
concurso
(ver entrada blog http://timbradospanama.blogspot.com/2015/08/factores-que-influyen-en-el-rendimiento.html) desde la temperatura, intensidad de luz, hora
de salida, cercanía de la mesa de enjuiciamiento, algún movimiento brusco por parte
del porteador, cambio de última hora de algún detalle en la jaula de concurso,
etc....
Adicionalmente, y como ya se ha explicado en
otras ocasiones los canarios de canto tienen un momento óptimo que precede al
incremento en el nivel de encelamiento del ejemplar (nivel de testosterona). Si
alguien adquiriera ese ejemplar posterior a todos los concursos pensando en un
ejemplar de 93 puntos probablemente salga decepcionado al encontrarse quizás un
ejemplar un tanto repetitivo o con un numero corto de giros complejos.
Lo que si es cierto es tan culpable de la
situación es el que vende por planilla como el que compra, este último muchas
veces amparándose en el papel ante la falta de experiencia para discernir un
buen canario de uno mediocre. Estas reflexiones no acabaran con la venta por
planillas sobretodo en algunas tiendas o entre algunos particulares, pero si
haber aclarado que muchas veces la planilla puede ser un espejismo que nos
impida ver la realidad.