El momento del enjaule es como ya se ha indicado en varias ocasiones el momento más crítico en la vida del joven timbrado, su correcta gestión hace posible que el joven timbrado transite de forma transparente desde un canto no cristalizado hacia un canto definitivo (cerrado o cristalizado) conteniendo la totalidad de los giros aprendidos durante los meses anteriores. Un hallazgo importante también de Nottebohm es que en esta última etapa las neuronas generadas por el proceso de neurogénesis son para reemplazar existentes ya que la capacidad de crecimiento del HVC ya está limitada por los volúmenes de testosterona.
Esto se traduce en lo observado en numerosas ocasiones:
“Los canarios pierden las notas que previamente ejecutaban en la voladera y adquieren giros de poca complejidad que no escuchábamos en la voladera pero que son almacenados en las nuevas neuronas las cuales reemplazan existentes que almacenaban otros giros”
Entonces, los canarios recién enjaulados son especialmente sensibles a lo que escuchan en la víspera de la cristalización de su canto. Pocos días después se escucha el lamento de muchos criadores con la simplicidad que muestran sus ejemplares al cristalizar su canto y al cerrar canto ya no hay prácticamente niveles de plasticidad y poco importa a que tortura auditiva sometamos a los ejemplares.
Existen tres factores principales que afectan el proceso de enjaule, a saber:
Reducción del espacio: es el factor que más estresa a los ejemplares, si se dispone de tiempo y espacio, se puede mitigar mediante un enjaule gradual a jaulas de 40 o 30 centímetros.
Disminución de la interacción social: Después de haber interactuado por meses con otros individuos y de haberse establecido un ecosistema de relaciones sociales, el ejemplar se ve confinado a la soledad pudiendo establecer únicamente contacto auditivo. Este contacto auditivo debe ser analizado para determinar su efecto sobre el ejemplar.
Cambio de Ambiente: el mover la jaula en la etapa inicial del enjaule agrega un factor de estrés al ejemplar al romperse su vínculo con el ambiente externo a su voladera. De igual manera un cambio simultaneo del fotoperiodo tendrá impacto en el estado de ánimo del individuo.
Hay dos consecuencias importantes de la no disponibilidad de espacio, situación normal para la mayoría de los criadores:
un enjaule masivo que ocasionará que haya ejemplares listos para ello y otros que no (recordemos que el enjaule) es un proceso individual y no masivo.
Un enjaule directo a la jaula de concurso y en muchas ocasiones a la maleta con la tapa abierta.
El impacto de los factores se puede dimensionar en una escala del 1 al 5 en términos de impacto físico, como:
Espacio 5 Unidades
Interacción Social 3 Unidades
Cambio Ambiental 3 Unidades
Es la presencia simultánea de uno o más de estos factores la que desencadena consecuencias físicas en el ejemplar (ver figura).
¿Cómo mitigar cada los factores de impacto?
En general incorporando gradualidad en los cambios introducidos en el enjaule.
Espacio: enjaule gradual usando jaulas de 30 y 40 centímetros
Interacción social: colocar a los canarios viéndose la primera semana hasta que muestren signos de celos, este análisis debe hacerse a nivel individual
Ambiente: No mover ejemplares de su ambiente original durante las dos primeras semanas del proceso de enjaule. Usar variación gradual para el descenso del fotoperiodo percibido por el ejemplar.
General: suministro de refuerzos alimenticios y vitamínicos en nabineras y en bebederos para compensar la inapetencia inicial producto del estrés.
Hay que tener cuidado de igual manera con la combinación de factores externos en la precipitación de la cristalización del canto ya que este puede ocasionar un estereotipo anticipado del canto (recorte y repetición, propio del proceso de cortejo)
El uso de diferentes capas de telas mosquitera negra permite hacer gradual el manejo del fotoperiodo del ejemplar y de esa manera controlar la aparición del celo.